Se acabó la temporada. Y se acabó de la manera más vil, vergonzosa, rastrera y humillante que nadie pudiera nunca imaginar. Es que dudo que alguien pudiera imaginar un final así. Ni los telefilmes de Antena 3 para los sábados la mediodía tienen un guión que termine tan mal.
Pongámonos en antecedentes. Antes de las 20:30 de hoy sábado 4 de junio el Real Zaragoza estaba cuarto. Un empate le valía para estar en los playoffs de ascenso a Primera División. Mejor una victoria. Y la ocasión era inmejorable, pues se jugaba ante un equipo ya descendido a 2ªB que nada se jugaba ya y en un campo prácticamente vacío. En principio estaba todo a favor para ganar y así poder luchar por el ascenso.
Pero nos olvidamos de una cosa: del propio Real Zaragoza. Olvidábamos que el mismo equipo que lleva toda la temporada fallando en las ocasiones decisivas, el equipo que ha hecho el ridículo en muchos partidos, el equipo que llama presión al apoyo incondicional de 17.000 ó 23.000 aficionados, era el que tenía que batirse el cobre para ganar al Llagostera. Así que, quizás, las cosas no estaban tan a favor ¿no?
Exacto, no estaban tan a favor. Pero lo que no esperábamos era lo que ha ocurrido. Si hubiéramos tenido que escribir un guión cinematográfico para el partido habríamos empezado con derrota para el Zaragoza para, poco a poco, sacar garra, pundonor y rasmia y acabar remontando y ganando. Pero por desgracia la vida no es un guión y la realidad en bien poco se ha parecido a uno.
Pues el Real Zaragoza, en lugar de salir al campo a comerse a un equipo recién descendido, que nada se jugaba, ha salido a hacer el mayor ridículo en los últimos 65 años. Los que han pasado desde que otro equipo en Segunda División nos humillara como lo ha hecho hoy el Llagostera. Fue contra el Sporting, un 25 de febrero de 1951. Y el resultado, el de hoy, 6 a 2. Con la salvedad de que ese año el Real Zaragoza quedó segundo y subió a Primera, cosa que hoy, 4 de junio de 2016, no ha ocurrido. El aprtido es que no quiero ni analizarlo,simplemente decir que ningún jugador se ha esforzado para evitar esa mayúscula humillación. Y creo que con eso lo digo todo. Jugándoselo todo, han jugado a nada.
Hoy, señores, 4 de junio de 2016, es otra fecha negra en la historia del Real Zaragoza. Otra mancha en el historial. Una mancha causada por unos jugadores y unos entrenadores que no han sabido, podido o querido defender con valor, rabia y pundonor un escudo que no merecen. Y no olvidemos tampoco a varios directivos que, apostando por la gente equivocada, son los últimos responsables de la situación tan terrible en la que se encuentra ahora mismo el Real Zaragoza. Situación muy muy peligrosa que ya veremos si no acaba, en un futuro no muy lejano, con la desaparición del club.
Son palabras duras, sí, pero no por ello irreales. Pues la próxima temporada hay que pagar 8 millones y pico de euros de la deuda ya renegociada que tiene el club. Hay que formar una plantilla que nos garantice, al menos, luchar por un sexto puesto para intentar otra ascenso. Con, seguramente, otro entrenador novato y que con la racha que llevamos hará buenos a Ranko y a Carreras. Y contra equipos muy potentes que acaban de descender (qué ganas de llorar cuando llamo equipos potentes a Rayo Vallecano, Getafe y Levante) y otros que la próxima temporada estarán ahí como Almería, Valladolid o Elche.
Y todo esto y más con un límite impuesto por la Liga de 4 millones y medio de euros. ¿Qué jugadores traeremos por ese dinero?¿Qué jugadores actuales se quedarán cobrando menos? Eso me preocupa menos, porque a bien pocos me quedaría yo. La gran mayoría deberían de ser borrados de la historia del Real Zaragoza, que en ningún lugar se recordara que tuvieron el honor de defender este escudo y que los aficionados tuvimos la desgracia de ver que lo único que hicieron fue arrastrarlo. Jugadores como Dorca, Pedro, Hinestroza, Ángel, Dongou y más ya deberían de tener la taquilla vacía. Sí se les podría dar la oportunidad de seguir a otros, aunque solo si no se puede traer algo mejor. Y tocará, este año sí o sí, confiar en la cantera.
Que haya que tirar de cantera es lo único positivo de no jugar ni los playoffs. Equipos como Sevilla, Real Sociedad o Villarreal se han visto también en situaciones así pero confiando en la cantera y con algunos fichajes acertados lo superaron y volvieron a la élite. Claro que el Real Zaragoza tiene encima la espada de Damocles que representa tener que pagar cada año 8 millones de euros, pero eso es algo que los actuales propietarios ya tenían que tener en cuenta. Y si no pensaron que se podía dar la opción de no subir y tener que pagar, vaya empresarios son. La cuestión es que ahora les tocará poner dinero, y no poco. Y lo tendrán que poner con mucha cabeza, porque si no lo hacen bien la próxima temporada bien podría ser la última temporada del Real Zaragoza. Pues si un día no pagan, nos cierran el chiringuito. De ahí el miedo.
Y no será porque no se dijera. Que nos cansamos de repetirlo en el mercado invernal. "Haced un esfuerzo para traer gol, que sin delanteros no se sube, y a ver si por no gastar ahora vamos a llorar después". Y mira, que teníamos razón. Ha quedado demostrado que sin gente que meta goles y sin entrenador ascender es imposible. Y aun así, sin delanteros (entre Dongou y Ángel no hacen medio delantero) y sin entrenador (entre Ranko y Carreras tampoco hacen medio entrenador) a punto hemos estado hasta de subir directos. Pero al final se ha impuesto la realidad. y por no gastar un millón en diciembre, ahora vamos a cobrar como 6 millones en lugar de 50 millones que podríamos haber cobrado en Primera. Vamos a tener que hacer un equipo de mindundis y chavales de la cantera para ver si hay suerte y jugamos playoffs en lugar de poder formar un equipo con garantías de permanecer en Primera y ir para arriba a recuperar la gloria que se perdió con Agapito. Magnífico todo, vamos.
En fin, ya no puedo escribir más. La rabia, la decepción, la humillación y el sentimiento de que se han reído de nosotros son demasiado grandes. Solo me queda pensar en cómo explicar a mis hijos que ser del Real Zaragoza es lo más grande cuando me digan "pero papá, que un equipo descendido nos clavó 6 goles". Aunque quizás eso es lo más fácil. Lo que amamos los zaragocistas es un escudo, un club, un sentimiento, no a quienes pasan por ahí temporalmente con más pena que gloria.
VOLVEREMOS
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