lunes, 15 de junio de 2015

Machada histórica

Fotografía: Real Zaragoza
Milagro. Machada. Remontada épica. Lograr lo imposible. El partido de ayer se puede calificar de muchas, muchísimas maneras. Y todas, absolutamente todas, no entraban en la cabeza del 99,99% de zaragocistas cinco minutos antes de entrar el partido. Sed sinceros, aquí ni Dios pensaba que una remontada así fuera posible, y más protagonizada por el equipo que tantos y tantos sinsabores nos está dando.

Pero ya sabéis, que si fútbol es fútbol, que si no hay que vender la piel del oso antes de matarlo, que si el cuento de la lechera, que si no hay rival fácil y mil que sis más. Y pasó lo que tenía que pasar: que el equipo al que todos daban por muerto, fenecido, fallecido y enterrado resucitara y le diera la vuelta a la eliminatoria apeando de los playoff a un equipo que, una semana antes, estaba en Primera División.

Sí, lo sé, en mi anterior post analizaba el porqué llegamos a la situación del 0 a 3. Y no cambio mi opinión, no. Los fallos están ahí, las situaciones estúpidas ahí quedan. Pero este equipo, por lo que nos enseñaron el domingo, cuando quiere puede. El porqué antes no se quiso o no se pudo es un misterio cuya respuesta nunca conoceremos.

Y es que en fútbol la mitad del éxito es cosa de la actitud. Una buena actitud puede hacer que ante un equipo mejor ganes, porque tus jugadores le echan ganas, más ganas que el rival. Sobre todo si el rival ya se cree clasificado y sale al campo como el que va a recoger setas, que es lo que el Real Zaragoza ha hecho en muchos partidos. Si durante la liga se hubiera salido a competir como se compitió ayer habríamos subido directamente y dejando al Betis a una buena distancia por detrás. Seguro pero seguro, vamos. Pero no se hizo.

En fin, el caso es que el domingo se hizo algo histórico. Pero a la vez, no se hizo nada. Porque sólo mantenemos el derecho a seguir soñando con el ascenso, algo para lo que quedan dos partidos contra un rival mucho más complicado que el Girona. Pero no contábamos con esto, ni en sueños. Así que ya que podemos seguir soñando, hagámoslo. Y qué demonios, si se ha logrado semejante machada lo mismo se puede hacer más y acabar en Primera. O no, o que sé.

#ZaragozaNuncaSeRinde

viernes, 12 de junio de 2015

Real Zaragoza El Esperpento Final

Si el Real Zaragoza fuera a hacer una película sin duda yo propondría Agárralo como Puedas 44 1/4 El Esperpento Final, con el Real Zaragoza como Leslie Nielsen en el papel de Frank Drebin. Sería pues nuestro equipo digno sucesor del señor del pelo blanco que tanto nos hizo reir, porque no hay equipo que haga más la risa, el ridículo y de más vergüenza a sus aficionados que el Real Zaragoza.
Desde el primer partido de la temporada hasta hoy, cuando haciendo el idiota una vez más el Gerona* nos ha metido un 0 a 3 en nuestra propia casa en el parido de ida de la eliminatoria de ascenso a Primera División.

Una temporada en la que la tónica habitual ah sido la ausencia total de fútbol y de ideas, tanto con Víctor Muñoz en el banquillo como con el mafioso de GTA IV Niko Bellic  Ranko Popovic.
Un año para olvidar en el que, ni ganando, el equipo daba sensación de ser superior al rival, de poder ganar cómodamente, de merecer ser un equipo de Primera.

Una temporada en la que la afición ha respondido con creces, yendo al campo, acompañando al equipo fuera, en ocasiones a casi mil kilómetros, para ver muchas veces un espectáculo bochornoso y que encima los jugadores, al jugar fuera, ni se acerquen a los aficionados que han viajado para verles jugar a ellos. Una afición que se ha sentido muchas jornadas objeto de una broma muy pesada, pero que al final ha resultado ser la cruda realidad.

Un año con esperpénticas actuaciones, tantas que recordarlas ahora es difícil, pero entre las cuales podríamos nombrar el baño que nos pegó el Barça B en su casa (equipo que ha descendido y que no volvió a hacer un partido así en toda la liga), la paliza de Las Palmas con el ridículo inmenso creo que de Lolo, qué decir del 4 a 0 que nos endosó el Alavés, o del Betis-Zaragoza que acabó con idéntico resultado, amén de o tras derrotas no tan abultadas pero igual de ridículas y partidos que nos empataron en los últimos minutos. Una absoluta sangría de puntos.

Este año nada ha ido bien. Tampoco en casa, donde el equipo no ha sido ni mucho menos fuerte como tiene que ser un conjunto que aspire al ascenso. De la Romareda han escapado nada menos que 26 puntos, consiguiéndose 37 de los 63 posibles. Números risibles para un equipo que lo que tenía que hacer es ascender.

Fuera ha sido todavía peor, con sólo 5 victorias y 24 puntos posibles de 63. En total, 15 partidos ganados, 16 empatados y 11 perdidos, con 61 goles a favor y 58 en contra. Unos números que si bien permitieron acabar en la sexta plaza para tener derecho a soñar con los playoff, demostraban que el equipo no estaba preparado, ni de casualidad, para intentar la machada de ganar dos eliminatorias.

Y así ha sido, como hemos visto hoy. La realidad no se ha hecho esperar y, a pesar de empezar el partido con más empuje y ganas de las que se habían visto en cualquier partido anterior, nos ha dado en  todos los morros. Concretamente un revés y luego un bofetón con la mano abierta cuando Whalley ha intentado... no sé lo que ha intentado. El caso es que le ha regalado el primer gol al Gerona, envuelto con lacito y tarjeta de felicitación incluidos. Y a partir de ahí, el acabóse. El equipo, como casi siempre que le meten un gol, se ha ido abajo y ahí se ha acabado la historia, la eliminatoria y las posibilidades de ascenso. Bastante suerte hemos tenido que sólo nos han metido 3 goles. Quesí, que su portero ha parado todo y el nuestro apenas nada, que el árbitro veía lo que Tebas le había dicho que viera... Pero cuando el juego que haces toda la temporada es ramplón, soso, llano, previsible, aburrido y penoso no hay excusa que valga.

Y eso que excusas se pueden poner. Vaya si se pueden poner. Actuaciones arbitrales tendenciosas en casi todos los partidos. Lesiones y más lesiones (auténtica plaga de lesiones musculares, alguien debe de dar muchas explicaciones). Una preparación física penosa a todas luces. Un plantilla corta no, cortísima, que ha jugado encuentros con 12 fichas profesionales. Un equipo con muchísimas limitaciones a la hora de fichar lo que conlleva que equipos sin esas limitaciones hayan acabado mucho más arriba en la tabla. Sin ir más lejos, algún jugador bético cobra lo que toda la plantilla zaragocista. Una plantilla hecha deprisa, corriendo y con retales, con jugadores jóvenes sin experiencia y abuelos experimentados pero sin sangre en las venas... Y así es muy difícil plantar cara.

Y se ha plantado, si lo pensamos detenidamente. Hace un año el equipo estaba desahuciado. A punto de desaparecer por los múltiples pufos, trampas y acciones cuasi-delictivas protagonizadas por Aquel que no Debe Ser Nombrado. Entonces llegó la Fundación, se hizo cargo del club y de desaparecer se ha logrado llegar a jugar los playoff. Ok, muchas gracias. Gracias por salvarnos, por permitirnos ilusionarnos más tiempo con el equipo de nuestro corazón. Pero una vez hecho eso, se trataba de ascender. O al menos de dejarse la piel en ello, de hacer lo que máximo posible con dignidad. Pero no se ha hecho eso, no en mi opinión.

Porque otra cosa que está también muy clara es que si hemos quedado sextos ha sido por la incompetencia total de nuestros perseguidores. Mira que les hemos dado una oportunidad tras otra de alcanzarnos y rebasarnos, que hemos estado 14 ó 15 jornadas sin ganar, y ni por ésas nos han adelantado en la clasificación para dejarnos sin playoff. Ha sido uno de los playoffs más baratos, pues exceptuando el año pasado que también estuvo en los 61 puntos logrados por el Córdoba, las otras tres temporadas en las que se ha usado el sistema de playoff lograr la sexta plaza costó 66 puntos en dos ocasiones y 71 en otra. Números inalcanzables para nustro Real Zaragoza, como hemos visto.

¿Y por qué este equipo ha llegado llorando a los playoff? Como hemos dicho, han habido muchos factores en contra, factores que no se pueden controlar. Pero en otros sí que se podía intervenir, y o no se ha hecho o se ha hecho mal. Rematadamente mal. Por ejemplo la elección de entrenadores. Víctor Muñoz es un entrenador que a pesar del cariño que todos le tenemos, no suele terminar las temporadas en los equipos que comienza a entrenar. Y sus únicos triunfos los ha logrado aquí. Puede que sea una mezcla entre que no le acompañan los resultados y que no cae bien a las directivas, no sé. Pero está claro que aquí no encajó. La Fundación quería a otro entrenador y se lo encontró a él cuando se hicieron con el club. Y eso Víctor lo sabía. 

Luego está Ranko Popovic, un tipo cuanto menos peculiar. Jugó en España hace unos cuantos años ya, luego se hizo entrenador y vino aquí después de lograr nada... en la liga japonesa. Pedazo de currículum. Bueno, no sería el primero que viene así y logra éxitos. Vino prometiendo buen fútbol, fútbol de ataque, de toque, buen juego, rápido, vistoso... pero la maleta donde lo traía se debió perder en el viaje desde Tokio, porque bien poco hemos visto de eso por aquí. De acuerdo que los jugadores que hay seguramente no se adapten a ese estilo, y por eso Popovic tuvo que desistir comenzando así un constante cambio de sistemas, alineaciones y  tácticas. Tampoco es que en el mercado invernal el trajeran algo, más bien trajeron poco y lo que vino no mejoraba nada lo que había. Pero cuando te empeñas y empecinas en alinear jugadores como Rico, que parece que vayan con el rival, cuando alimentas tú mismo el debate de los porteros (tres hemos usado, lo nunca visto), cuando una semana le metes unos directos a un jugador y la siguiente lo alabas, cuando tus ruedas de prensa parecen monólogos del Club de la Comedia y nos haces pensar que tú no has visto el mismo partido que los demás, o cuando pones a Pedro a lanzar los córners y no lanza bien ni uno y aun así los sigue lanzando... Igual es que entonces no eres el entrenador que necesita este equipo. Pero como no había otro ni dinero para cambiarlo, pues ajo y agua.

Que digo yo que si un jugador demuestra una y otro y otra vez que no vale igual hay que poner otro. Aunque sea del filial. Sí, del mismo filial que también ha ido haciendo la risa (lo que la Fundación está haciendo con el filial y la Ciudad Deportiva da para otro artículo, pero como de eso sé menos, mejor no escribo). Pero al menos seguro que sentía más los colores. ¿O me quieres decir que no hay ningún chaval en el segundo equipo que como poco no lo haga un poco mejor que Rico, o que Rubén, o Fernández o muchos otros que no han dado la talla o la han dado cinco minutos?¿O que Diego Suárez no puede jugar de 9 mil veces mejor que el colega Willian José, que no es un 9 por mucho que lo coloques delante? Yo creo que sí, que se podrían haber puesto otros jugadores. Pero doctores tiene la Iglesia.

Y si bien de la calidad de los jugadores podríamos discutir largo y tendido (aunque acabaríamos llegando a la conclusión de que tienen bastante poca en líneas generales) lo que no debería estar abierto a debate es la entrega, la rasmia, la lucha en el campo. El salir a ganar desde el minuto 1 al 95. Asustar al rival, arrinconarlo. Y eso lo hemos visto en contadas ocasiones. Como hoy, hasta la cagada de Whalley. Si en todos los partidos se hubiera salido con esas ganas estoy seguro de que en lugar de 15 hubiéramos ganado 30 y habríamos acabado primeros. Totalmente seguro. Pero no. Se sale el campo como el que se acaba de levantar: dormido aún. Y conforme avanzan los partidos no es que se despierten, es que terminan de dormirse. No digamos ya si les meten un gol en contra: se vienen todos abajo con una facilidad pasmosa. No recuerdo así a bote pronto más de dos remontadas esta temporada. Y si metemos gol pronto, más pronto suelen igualarnos. Es marcar e inmediatamente todos se echan atrás. Da lo mismo que el mister les diga que todos adelante. Ellos, para atrás. Y claro, el rival te empata en dos minutos. Y si me apuras, te remonta. No es normal que un equipo, empatando o perdiendo, incluso en casa, acabe los partidos encerrado en su campo, asediado por el rival, en lugar de ir a buscar la victoria. Porque pasa lo que suele pasar y lo que ha pasado más de una vez esta temporada: que juegas al empate y acabas perdiendo.

Luego está el asunto de las fiestas. Oye, que perdían de goleada un domingo y hasta el miércoles no entrenaban. Como premio por hacerlo bien sería. Y claro, entrenas miércoles y jueves, el viernes se prepara el partido (no sé para qué) y luego juegas. Y al día siguiente entrenamiento tranquilito para recuperar. Y fiesta. Y así todo el año. ¿Cómo vas a preparar tácticas, ensayar jugadas, aprender movimientos y todo lo que necesitas para ganar un partido si entrenas tres veces por semana? ¡Por amor de Dios, mi hija de 7 años entrena taekwondo tres veces por semana también! Así vamos luego en los partidos, que no sale bien ni un centro, las jugadas ensayadas no salen, los pases son imprecisos, los córners son regalos al rival para contraatacar, no hacen bien ni un regate, de una pared ni hablamos, diagonales y pases en profundidad son conceptos muy extraños, los tiros flojos y sin potencia, los remates al muñeco... Porque no se entrena. Vale que esto un jugador que se dice profesional lo tenía que traer aprendido, pero está visto que no. Pues que lo entrenen, demonios.

También debido a la penosa preparación hemos asistido al declive y derrumbe de muchos jugadores, ayudados también por las lesiones. Pedro lleva muchas jornadas sin ser Pedro, Borja estuvo muchas jornadas sin marcar, Dorca lleva media temporada deambulando, de la defensa sólo se salva Vallejo y hasta él se equivoca (no se puede estar a todo), Jaime no puede echar una carrera sin que temblemos porque se vaya a romper, Eldin desde la lesión no ha vuelto a ser el mismo, Galarreta nunca ha terminado de arrancar (en mi opinión lo único bueno de ese chico es su representante y ser vasco, porque así puede jugar en el Bilbao), Basha entró flojo, creció y volvió a caer nuevamente tras una lesión, Álamo estuvo ni se sabe sin jugar por una fisura en el dedo... Y como la plantilla es muy corta y en el banquillo tenemos lo que tenemos (poco o menos), han llegado todos reventados al final. Y así nos ha ido.

Por estas razones y seguro que por alguna más hemos llegado así a los playoff, y por eso hemos ya dicho adiós al ascenso a las primeras de cambio. Y es que, cuando uno lleva tanto tiempo haciendo comedias, pasarse al cine de superhéroes y convencer a público y crítica a la primera no es nada fácil. Qué vamos a hacer, somos Frank Drebin en lugar de El Capitán América.

P.D. De lo que pueda ocurrir la próxima temporada ya hablaremos.


*  Escribiré Girona cuando ellos escriban Zaragoza y no Saragossa.

jueves, 11 de junio de 2015

Carrefour y la caducidad

Qué mala costumbre tiene el karma de devolver las cosas multiplicadas.. no sé, por 40. Ó 50, que es más o menos el número cajas de purés caducados que había que en el Carrefour ayer por la mañana. ¿Y qué tiene que ver el karma en todo esto? Hombre, pues mucho. Resulta que ayer fuimos mi señora y yo a comprar a Carrefour, y antes de entrar fuimos a atención al cliente para que nos devolvieran el importe de un puré que compré ya caducado. Bueno, el dinero me lo devolvieron, pero en lugar de pedirme perdón, nos miró raro mientras decía varias veces "pues estoy es muy muy raro que ocurra". "Pues ha ocurrido una vez al menos, ya ve" le dije yo. También que bueno, que es fecha de consumo preferente, que no pasaba nada. Señora, sí pasa.
Vale, que yo podría haber mirado la fecha de caducidad del dichoso puré, pero sed sinceros ¿quién de vosotros lo ha mirado alguna vez? Es de esperar que esté correcta ¿no? Pues ya veis, no.



Bueno, que el dinero nos lo dieron, no sin como digo malmirar y tal, como si tuviéramos el puré caducada en casa y hubiéramos comprado otro y devolviéramos este en su lugar. Que sí, que habrá gente que lo hará, lo sé. Pero eso Carrefour ya lo sabe y lo mete en el precio de todo lo que compramos. Dicen que como un 10% de lo que facturan es en forma de subida de precios por lo que roba la gente, lo que significa que si nadie robara... ganarían un 10% más, nada de bajar el precio.
Pues eso que vamos comprando y digo "tira pues, vamos a coger otra vez el puré, pero ahora ya con cuidado mirando la fecha". Y la miramos. En todos. Y estaban todos caducados. Por eso digo que el karma devuelve las cosas multiplicadas. De ese "esto es muy raro que ocurra" a tener unos 40 ó 50 cajas caducadas. Más las que ya se hubieran vendido, y las que vendieran del que compré yo. Parafraseando al gran Alberto Chicote, "alucino pepinillos". No es para menos.




Acabamos cogiendo puré pero claro, de otra marca y bien de fecha. Y no dudamos en ir nuevamente a atención al cliente para informarles amablemente de que eso que era imposible que ocurriera, había ocurrido. Y de qué manera. Sí amigos, la cara de la de atención al cliente era un poema. "Los reponedores" dijo ella. Claro, los reponedores tienen la culpa. No te digo que no, pero si tienes gente cobrando un sueldo de mierda ¿qué obtienes a cambio? Exacto: mierda. No puedes pagar solomillo de ternera al precio de pechuga de pollo ¿verdad? Pues si quieres que un reponedor haga su trabajo como dios manda, le pagas un buen sueldo. Ya verás como no hay más puré caducado en las estanterías. Por cierto, que eso de dar las gracias a los clientes no lo deben de tener como norma. "Ahora aviso para que lo quiten" fue lo más parecido a un gracias que nos dijeron. Y recordad, cuando compréis en Carrefour, sobre todo el puré, mirad la fecha. Avisados estáis.

En fin, el karma equilibrará. Otra vez.