viernes, 4 de noviembre de 2016

Por qué no usar bombillas baratas para el coche


En estos tiempos en los que un coche lleva más chips y cables que partes mecánicas, saber de motores pues como que no hace falta. Total, entre que hace falta enchufarlo a la máquina de diagnóstico para casi todo y que como te vean en la calle zarceando te multan, para qué saber... Pero hay casos en los que sí hay que tener un conocimiento mínimo. Como por ejemplo, para cambiar las bombillas. Sí, las que van en los faros y de las que solo te acuerdas cuando hay que cambiarlas. Bueno, y de encenderlas de noche, aunque de eso no se acuerda todo el mundo. 
El caso es que el otro día se fundió una de las bombillas de las luces de cruce de mi Citroën C4 - y van ya mil y pico - y nada, fui a comprar unas para cambiarlas. Unas Krawehl Plasma White que dan un 30% más de luz y son baratas y una mañana me puse a cambiarlas. Por suerte en mi coche es fácil cambiarlas, en cuanto pillas el truco son dos minutos, no como otros que hay que llevarlos al taller para cambiar una puta bombilla. Sí niños, cuando compréis un coche preguntad esas cosillas, no sea que cambiar unas lamparitas os cueste 100€. 
Total que cambio primero la fundida y bien, cambio la otra (las cogí distintas a las que llevaba puestas así que conservar una vieja aunque funcionara haría que la luz fuera distinta de un faro a otro y eso como que no) y, justo cuando la estoy metiendo en el faro... ¡pam! La muy hijaputa reventó. Literalmente. Sin tocarla con nada ni haberla tocado con los dedos ni nada por el estilo. Claro, normal, en algo se tiene que notar que son baratas. cuando unas bombillas te cuestan 12€ dos unidades y otras de Philips te cuestan casi 50€ dos unidades, alguna diferencia ha de haber. Yo nunca había comprado bombillas baratejas, así que no me imaginaba que esto podía ocurrir. Que revienten puestas y al encenderlas porque las has manoseado con los dedacos y la grasilla se pega la cristal y entonces con la temperatura revientan, como un halógeno, pues vale. Pero ¿reventar por que sí? Nunca.

Lo peor no es la bombilla, total al día siguiente fui a Norauto, expliqué lo sucedido y me dieron una nueva que cambié sin problema alguno. Lo malo es que los trozos de la bombilla se quedaron dentro del faro. Menos mal que mi inteligencia es superior a la de nuestros primos primates los chimpancés y demás y no solo se usar una herramienta sino combinarlas para crear una nueva. Así que con dos pajitas y cinta doble cara solucioné el problema.
En fin, la moraleja de la historia es que con bombillas normales y caras nunca tuve problema y las primeras baratas me estallaron en la mano. ¿Qué bombillas compraré en un futuro? No lo sé, de todos modos aún no he probado las nuevas de noche así que... Os dejo con las fotos y el vídeo de cómo arreglé la papeleta.

Así quedó la bombilla

Aquí podemos ver los trozos dentro del faro



Herramienta perfectamente adaptada para cumplir su labor