jueves, 15 de junio de 2017

AC/DC: la "Highway to Hell" es la A2 dirección Zaragoza

Han pasado 38 años desde que AC/DC sacara una de sus canciones más famosas, "Highway to Hell", y por fin han revelado lo que era un secreto a voces en los círculos más íntimos de la banda: que la autopista hacia el infierno no es sino la A-2 dirección Zaragoza.

"Es cierto", comenta Angus Young, guitarrista de la banda australiana, "la autopista al infierno es la A-2 dirección Zaragoza y el infierno es Zaragoza en verano". A pesar de que esto pueda sonar extraño, pues la primera actuación de los australianos en España fue su aparición en el programa "aplauso" en 1980 y el tema se lanzó en 1979, resulta que la banda ya había visitado España. 

"Fue en un viaje que hicimos en 1978" sigue diciendo Angus. "En aquel entonces en España nos conocían cuatro gatos y podíamos pasear como Peter por su house y en un descanso de gira fuimos a Madrid, alquilamos una furgoneta y decidimos recorrer España. Bueno, cuando salimos hacia Barcelona por la A-2 pues íbamos bien pero joder, llegando a Zaragoza... era julio ¿sabes lo que te digo? Julio. En Zaragoza. Os juro que no he pasado más calor en la vida. ¡Y yo crecí en Australia! Paramos en Zaragoza y dando un paseo veíamos cómo caían algunos pájaros fulminados por el calor. Si haría calor que Bon Scott se amorró a una fuente ¡de agua! y bebió como si fuera whiskey. En ese momento empezamos a pensar en la canción. Y si os fijáis en la letra, está hecha con toda la intención. Sobre todo la parte de "estoy en camino a la tierra prometida" que era cualquier sitio que tuviera mar. Pues eso, que no hemos bebido más agua que cuando paramos por Zaragoza. Ahora, también os tengo que decir que el Pilar nos encantó, aunque Bon entrara medio borracho y gritando que si le dejaban un pincel acaba las cúpulas pintando con el nabo. Era muy divertido el bueno de Bon. Y joder, las bravas del Texas, no las he vuelto a probar igual de buenas en la vida. Y la cerveza oye. No te digo más que a Scott lo metimos en la caja con unos tercios de Ambar. Madre mía si les hizo gasto ese fin de semana..."

En fin, que como vemos Zaragoza lleva siendo un infierno varias décadas, aunque este calor en junio no termine de ser normal.


Documento gráfico inédito que muestra la visita de la banda a Zaragoza en 1978



domingo, 11 de junio de 2017

Los restos del naufragio

Acabó por fin. Acabó ayer la peor temporada en la historia del Real Zaragoza. Una temporada infame, llena de ridículos, abominable, con partidos peores que malos, con una gente que cuando pensabas que no podía hacerse peor ¡zas! lo hacía peor aún. Una temporada en la que casi nos vamos a 2ªB y con ello a la desaparición de la entidad, una temporada en la que al final hemos quedado en el puesto 16º a solo 2 puntos del descenso.

Pero no quiero hablar de números, eso ya lo podéis leer en múltiples diarios y blogs y programas de TV y radio. Simplemente quiero decir que, tras el naufragio sufrido por un barco que al zarpar de puerto pensábamos llegaría a un destino que es el ascenso, los pocos restos que han quedado flotando cerca de la orilla  tendrán que ser el núcleo de una nueva nave que, esta vez sí, llegue a buen puerto.

Travesía esta que se me antoja imposible si, otro año más y serían muchos seguidos, los armadores no se preocupan de que el barco cuente con un buen capitán y los marineros no sean inexpertos y de agua dulce y sepan nadar. Y si encima el constructor del barco lo deja con una vía de agua que en la misma botadura empieza a inundar el casco, el barco se nos hundirá antes de llegar. Y a todo esto el pasaje harto y sufriendo. Y otro año no tendremos la misma suerte que éste en el que el hundimiento fue cerca de la orilla y se pudo llegar nadando aunque boqueando. Si la próxima temporada no se hace bien nos hundiremos en medio del mar y seremos un recuerdo, otro pecio más en el fondo marino.

Así que más nos vale que el nuevo capitán, Natxo González, sepa llevar el barco con cabeza y diligencia evitando tormentas. Que los marineros, comandados por oficiales de a bordo como Zapater y (si él quiere) Cani y los grumetes recién ascendidos, sepan hacer bien su trabajo y no quieran amotinarse ni abandonar el barco como ratas a la primera señal de zozobra. Y que el nuevo constructor, Lalo Arantegui, sepa encontrar los mejores materiales y que iniciemos la nueva travesía por este ya conocido Mar de los Sargazos con un barco sin agujeros. Y que los armadores, se llamen fundación, propietarios o quienes sean, escuchen la opinión de quienes saben más que ellos, sepan ver las necesidades del club, tratar bien de una vez al pasaje, la afición, que está harto de viajar de tormenta en tormenta sin ver nunca un mar tranquilo. Y que todos, capitán, marineros, pasaje, constructor y armadores, sepamos comprender que quizás el viaje dure más de los esperado, dos temporadas en lugar de una, si así ha de ser para hacer que todo funcione bien y conjuntamente y así conseguir un bloque que sepa navegar bien, que sepa jugar a fútbol de memoria, porque si no no se puede ascender. Pero eso sí, que veamos que, aunque lento, el viaje llegará al buen puerto que es el ascenso a Primera División.

Termino con una grandísima canción del grandísimo Bunbury que creo ilustra bien cómo estamos ahora.

Los restos del naufragio 
quedaron esparcidos, 
o desaparecidos, o rotos. 

Nos queda el presente que 
ya es suficiente, y no nos debe faltar. 

Nos queda la suerte, 
que si se balancea un poco, 
nos puede tocar.

Aquí vemos a los naúfragos, apenas agarrados a los restos de la embarcación.
Así que esperemos que en la próxima temporada la suerte no nos sea esquiva y nos respeten los elementos para así completar una buena travesía y llegar a buen puerto. De momento solo nos queda ver cómo construyen el barco mientras llega la botadura tras el verano.