jueves, 16 de julio de 2015

Ignorantes en el bus

Uno usa bastante el transporte público, aunque me gusta más ir andando a los sitios, y acabas viendo de todo. Aunque lo de hoy no lo había visto aún: una sola persona ha incumplido varias normas de uso del autobús en un momento. Y no solo eso, además demostrando que la educación y el reconocer que las cosas se han hecho mal no es rasgo distintivo de gran parte de la población de este país.

El caso es que íbamos mi mujer y yo en el bus, en la línea 29, para ir a recoger a los críos y en la parada del Puente de Santiago se ha subido una señora con su hija pequeña en una sillita. Ha empezado mal, cruzando Echegaray y Caballero en rojo, en diagonal y pasando del paso de peatones. Todo para llegar al autobús. no sé, yo prefiero cruzar bien y no arriesgar la vida de mis hijos pero allá cada quién con su conciencia. Total, que sube al bus y, en lugar de colocarse en el sitio reservado para sillitas con niños y sillas de ruedas, sitio que estaba vacío, ha bajado a la niña de la sillita y han ido a la parte de atrás del bus. Se sienta la niña (frente a mí), se sienta ella al lado (y frente a mi mujer) y, atención, deja la silla desplegada y en mitad del pasillo. Y sin ni siquiera haberle puesto el freno. Iba la silla pasillo arriba pasillo abajo, porque la señora encima no la iba sujetando todo el rato. A la niña tampoco, por cierto. Total, que harto yo de que la silla fuera de aquí para allá y que le niña de las narices me diera pataditas en las rodillas, he dejado ya de hacerme el tonto y le he dicho si no sabía que la silla, de ir sin niño, tenía que ir plegadita.



Y ahí ha empezado el festival de ignorancia, estulticia y mala educación. Al decirle que la silla tenía que ir plegada nos ha dicho que "es que no sé plegarla". ¡Ojo, no saber plegar la sillita de paseo de la niña! Que me digas que la acabas de comprar y no has mirado aún cómo plegarla pues oye, igual me lo creo. Pero no vayas mintiendo. Le hemos dicho también que si la niña no tenía 4 años no podía ocupar un asiento ella sola (es algo que estoy cansado de ver y que no me voy a callar ni una maldita vez más, que yo cuando llevo al pequeño en el bus sin la silla me lo siento encima, como tiene que ser) y que no era ya por que no pudiera sentarse otra persona, es que al no pagar billete los niños pequeños viajan sin seguro pero cubiertos por el del adulto que los lleva, cosa que deja de hacerse efectiva si el adulto sienta al niño al lado y ni lo sujeta llevándolo encima ni lo lleva en una silla que va agarrando todo el viaje. Pues bueno, su respuesta ha sido que "la niña va bien sentada y no le va a pasar nada". Hombre, ni yo quiero que le pase, le he dicho, pero es que si hay un frenazo y tu hija sale volando porque ni la sujetabas ni iba en la silla la responsabilidad será tuya y el seguro dirá que no sabe nada. Tú sabrás cómo quieres que viajen tus hijos, seguros y con seguro,  o como llevabas a la cría ¿no? La señora, visiblemente molesta, me ha dicho también si yo era un revisor o qué. "Pues no", le he dicho, "soy un usuario del bus que conoce las normas y las cumple". Ojalá, he pensado, porque menuda sanción le habría puesto. La habría gozado. Pero tío, qué le vas a contar a una señora así de normas y sanciones. Ella, que ha cruzado como ha cruzado para coger el bus. Ella, que hace que su hija viaje sin seguro y que no es que no sepa plegar la silla, es que no sabe ni frenarla. Qué le vas a contar de normas a alguien así. Ofenderse en lugar de reconocer que haces las cosas mal. Eso es muy español, reconozcámoslo.

Comentario aparte para el conductor, pues creo (imagino yo) que desde su puesto tiene visión de lo que ocurre en el bus mediante espejos y cámaras y bien podría haber visto una silla desplegada, sin niño y fuera de su sitio y a una niña pequeña en un asiento (cuatro normas incumplidas así, de golpe y porrazo) y de haberlo visto tendría que haber parado el bus, ido a la señora y proponerle tres opciones:

A) Sientas a la niña en la silla y te pones donde tienes que ponerte, que para eso una normativa obliga a otros viajeros a quitarse de ahí para que te pongas tú con la silla.
B) Te pones a la niña encima y la silla la llevas plegada donde no moleste, no en mitad del pasillo y a su libre albedrío.
C) Te bajas del autobús porque no quieres respetar las normas.

Y si el conductor desde su puesto no ha visto eso a ver si AUZSA lo soluciona. Que el conductor no solo ha de conducir, ha de preocuparse de cómo van los viajeros también.



En fin, espero que al menos esta mujer haya pensado en lo que le hemos dicho y la próxima vez sube al bus y va como tiene que ir, genial. Y si no pues... ella sabrá. Igual tiene que topar con un revisor de verdad y pagar una multa para aprender. ¿Lo peor? Que si la madre es así ¿qué le enseñará a su hija?


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