miércoles, 11 de julio de 2012

País en vías de des-desarrollo

Corrían los 80 cuando el que esto escribe cursaba la EGB. Y en sociales nos enseñaron que "España es un país en vías de desarrollo". Esto es, no debíamos ser del todo del todo del primer mundo, como lo eran Estados Unidos, Inglaterra, Alemania, Francia... En la práctica significaba que no había polideportivos en todos los barrios, piscinas en cada pueblo de más de 50 habitantes, palacios de congresos en cada pueblo de más de 2000, obras faraónicas por doquier, trenes de alta velocidd cruzando toda España... Y ni falta que nos hacía.
Pero llegó el momento en el que entramos en Europa. Por la puerta grande, nos dijeron. "Ya Semos Europeos", nos dijeron Els Juglars en unos programa emitidos en TVE (no había otra tampoco para emitirlos...). Y nos lo creímos a pies juntillas. Y al hacernos europeos empezó a venir dinero de Europa. "Vamos a ser como los alemanes" nos dijeron. Y nosotros, tontos como siempre hemos sido en España, nos lo creímos otra vez.
¿Cuál fue el problema? Que ese dinero era de prestado. Que todas las carreteras, autopistas, hospitales, obras faraónicas, piscinas, polideportivos y palacios de congresos se construyeron con un dinero que no existía pero aun así pedíamos prestado. Y bueno, se iba devolviendo. Cuando un país progresa, sus habitantes también. Disponen de más dinero para gastar y lo gastan, así que se ingresa más dinero vía impuestos. Pero con el tiempo, los gobernantes se fueron creyendo los amos del cortijo, y comenzaron a pedir más, y más, y más, y más... Y todo fue a más, arrastrado por esa fiebre del cada vez más. Y cuando el suelo se liberó, todo fue a más todavía. Los ayuntamientos comenzaron a vender suelo y a usar ese dinero para gastar todavía más, pensando que podían estar vendiendo suelo hasta el fin de los tiempos, generando unos gastos futuros que, sin vender suelo, no podrían mantener. Y aunque pensaron que al haber más pisos bajarían los precios, ocurrió lo contrario (esto es España muchachos). Subieron los precios de los pisos a niveles impensables 10 ó 15 años antes. Y las familias pasaron de dedicar un porcentaje razonable de sus sueldos a la hipoteca, que se pagaban en unos 10 años (con intereses más altos que ahora y aun así se pagaba menos) a dedicar un porcentaje mucho más alto durante mucho más tiempo, unos 30 - 35 años de media para pagar la hipoteca.
Y aun así aguantábamos. Mientras entraran dos sueldos en casa (sí, ahora han de ser dos, antes con uno valía y se vivía bien) no habían problemas e incluso sobraba para caprichos. Sí, bueno, siempre está el que se va una semana de vacaciones y está pagando un año, pero ese es otro tema.
Pero llegó el día en el que todo reventó. Comenzó la crisis mundial y aquí en España reventó mil veces más fuerte porque el crecimiento, ese desarrollo del que presumíamos, estaba basado 100% en la construcción. Los bancos, que tenían metido dinero sabe dios dónde y en qué productos, se vieron de pronto que con la caída de Lehman Brothers perdieron un montón de dinero. Y dejaron de prestarlo. Y muchos constructores cerraron porque los bancos dejaron de darles dinero, dejando incluso obras paradas y otras sin vender que se quedaron los bancos como pago. Y como se dejó de construir, se dejaron de fabricar muchos ladrillos, ventanas, puertas, carpintería, azulejos, sanitarios... Se dejó de venderlos, de distribuirlos, de instalarlos... Y cerraron más empresas y miles y miles de albañiles, fontaneros, electricistas, arquitectos, aparejadores... se fueron a la calle o vieron cómo sus ingresos mermaban mucho. Y esas personas pasaron a engrosar las listas del paro, siendo el Estado el que les tenía que dar digamos "de comer" cuando antes el pan se lo ganaban ellos. Al tener menos dinero, dejaron de ir tanto al cine, a comer por ahí, al bar, dejaron de comprar videojuegos, de comprar ternera todos los días... Y otros sectores comenzaron a verse afectados por la crisis de la construcción. Y como esto es una cadena, al final todos afectados. Porque si el dinero no se mueve, no hacen falta tiendas, ni concesionarios, ni restaurantes ni nada.
Y si ya la solución para salir de esta espiral de destrucción es complicada de encontrar, si encima en lugar de buscar la solución lo que hacen es empujarnos para que caigamos más rápido, lo que nos queda es la ruina más absoluta.
Que es lo que ocurre hoy con la subida del IVA, recorte de sueldo a los funcionarios, aumento de la edad de jubilación, recorte de prestación del paro a partir del sexto mes... Con medidas así lo que hacen es arruinarnos aún más, porque con menos dinero ¿cómo vamos a gastar más? Es muy difícil.
Imagino que, por ejemplo, bajar el paro es para que la gente se ponga más las pilas para encontrar trabajo pero ¿qué trabajo? Si no hay. Ni bueno ni malo, no hay. Y si encima haces que la gente se jubile más tarde pues todavía más difícil encontrar trabajo ¿no?
Por lo tanto la espiral en la que estamos inmersos se acrecienta y nos vamos todavía más al fondo del hoyo. Un hoyo del que me temo que no saldremos nunca y si lo hacemos estaremos peor que antes. Mucho peor. Peor incluso que aquel país de los 80 donde no hacían falta 30 polideportivos en una ciudad porque jugabas en la calle, donde una casa la pagabas tranquilamente y el fin de mes llegaba el día 30 y no el 15, ese país en el que ibas al médico y no pagabas por ir y pagabas menos que ahora por las recetas, donde no pagabas por circular por cualquier carretera, donde la factura de la luz no era la más cara del planeta y el futuro de tus hijos y de sus hijos no estaba hipotecado por el ansia electoral de politicuchos incultos que en lugar de gobernar se dedican a mentir para hacerse con el poder y llenarse los bolsillos y pagar favores.
Vale, varias cosas que acabo de escribir en el párrafo de arriba no han ocurrido. Pero también dijo Rajoy que no subiría el IVA y mirad lo que ha hecho hoy. Tiempo al tiempo. Seguro que nos des-desarrollamos más.

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