Will y Bill, los gemelos bostezadores |
Es lo que les ocurre a los gemelos Spencer, Will y Bill. Originarios de Kansas City, ahora viven en un parque de Pamplona desde que fueron a los Sanfermines y les gustó el calimocho.
Dispuestos a emular a sus héroes de Mythbusters (Cazadores de Mitos) decidieron comprobar si el mito de que los bostezos se contagian es cierto o no. Así que se pusieron uno frente a otro y dieron comienzo a su experimento. Bill bostezó el primero y, a los dos segundos, Will le siguió. Al parecer habían comprobado ya el mito pero por desgracia, no todo quedó así. Cuando Will bostezó, le contagió el bostezo a Bill, que volvió a bostezar y volvió a contagiárselo a su hermano. Al final entraron en un bucle infinito autoalimentado del que no han podido salir en 5 años. Cuando les preguntaron si no valdría con separarse unos metros, escribieron que "no es tan sencillo, lo malo es que somos gemelos y ya se sabe que estamos conectados, lo que siente uno lo siente el otro. Yo sigo bostezando aunque mi hermano esté a 100 kms y a él le pasa lo mismo."
De hecho el ser gemelos parece ser la explicación a que no puedan dejar de bostezar ni en la distancia, como confirmó Joshua Smithy, conserje de la Universidad de Harvard que se encarga del reciclado y antes de tirar los papeles les echa un vistazo: "leí en el Caso que habían dos gemelos que cuando uno echaba un polvo el otro también lo disfrutaba así que digo yo que lo normal viene siendo que con los bostezos pase igual, no sé".
De todas maneras han podido llevar una vida bastante normal exceptuando que no les dejan entrar al teatro porque contagian los bostezos a todos los espectadores.
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