Qué año nos espera...

Lo primero de todo, feliz año 2012. Aunque no sé si debería de decir solamente "feliz primera semana del año" o algo así, porque en cuanto el gobierno del PP empiece a soltarnos medidas para paliar la crisis, el nivel de felicidad se va a ir a hacer puñetas pero por la vía rápida...

Así, a bote pronto, nos han dicho ya que el déficit iba a ser del 8% y que para paliar eso que nos suben el IRPF, que el salario mínimo se queda congelado (como el que lo percibe porque no le llega para calefacción con ese sueldo) y que las pensiones suben sólo un 1%. No contentos con esto, nos dicen después que lo del 8% ya se verá, que lo mismo es más, y que tienen preparada otra partida de "medidas" que serán impopulares.

Veamos ¿cómo tomamos lo de impopular? Porque subir impuestos dicen que no es muy del Partido Popular, pero lo de jorobar al proletariado y al pobre... eso sí es muy suyo.

Dejando de lado lo de que las medidas sean impopulares o no, lo que sí podemos decir es que son un engaño a todos los españoles. Pues en la campaña electoral Rajoy se tenía muy callado lo que iba a hacer, cuando ya lo sabía (y los demás en el fondo también, por supuesto) pues la mayor parte de ese déficit del 8% proviene de las CC.AA. y las más endeudadas son las que gobiernan los populares, así que ya sabían cómo estaba la cosa de fastidiada, no hace falta que esperen a estudiar las cuentas que les deja el PSOE.

El PP sabía perfectamente lo que iba a hacer al llegar al gobierno y como podréis imaginar no se quedarán solamente en lo anunciado ya, pues de la subida del IVA no nos va a salvar nadie, eso tenedlo por seguro. Y si no quisieron decir sus medidas fue para no verse perjudicados en las elecciones, con lo cual yo al menos digo que han mentido ha todo el país.

En fin, que más nos vale que nos agarremos bien los baches, porque vienen curvas y de las buenas. A ver cuánto se tarda en invadir la calle pero ya en serio, porque no podemos seguir permitiendo que la crisis que han creado unos pocos la paguemos los demás mientras esos pocos son todavía más obsecenamente ricos que antes.