Desmemoriados

Si algo aprende uno siguiendo las noticias es que una noticia será noticia hasta que salga otra más burra que la eclipse. Haced un poquito de memoria, no mucha, no os pediré ir muy atrás en el tiempo. 

¿Recordáis el mal que dieron con los mineros chilenos? A todos horas en los periódicos, en las televisiones, en las radios... ¿Alguien sabe qué pasó tras sacarlos?¿Sabe alguien qué pasó con ese pobre minero que al salir se encontró a dos mujeres que afirmaban ser su esposa? 

En abril fuimos testigos del terrible desastre en Japón con el terremoto y el maremoto y el desastre nuclear en Fukushima. Nos enseñaron cómo medir la radiación, cómo pasar de roentgens a sieverts, la cantidad de radiación que podemos absorber... Y ahora si no es porque Jorge Lorenzo dice que no le hace mucha gracia correr en Japón por lo de la radiación, ni dios se acuerda ya. 

Lo mismo con las revueltas en los países musulmanes. ¿Sabe alguien quién gobierna ahora en Egipto?¿O cómo va el intento de echar a Gadafi? 

O el terremoto de Lorca. Varios días informándonos de lo que pasaba y dejaba de pasar, un montón de sismólogos hablando en televisiones y en radios, gente que en la vida había notado un temblor sin poder dormir por las noches no sea que hubiera un terremoto debajo de su casa... ¿Y ahora qué se dice de Lorca?

Poca cosa. Ya no es noticia. Ya no se llenan páginas en los periódicos ni minutos en televisiones y radios. La siguiente noticia eclipsante fue el Movimiento 15M. La de horas que han llenado con este tema. Hasta en el Sálvame creo que hablaron de ello un ratito entre que Belén Esteban ponía una mueca y cambiaba a otra. Y ahora están esperando que salga otra cosa que quite al 15M de las televisiones a ver si así lo quitan de las plazas, que se ve que ya incordian. Pero les va a costar, porque ni con el tema de los pepinos dejan de hablar del 15M.

Como veis, los medios de comunicación siempre se centrarán en lo inmediato, olvidando enseguida hasta la más grande de las catástrofes a poco que suceda otra cosa interesante que convertir en la manera de volver a llenar minutos y páginas. Así que intentemos que no nos conviertan en desmemoriados devoradores de noticias y no les dejemos hacer su agosto con la desgracia de los demás. 

Información sí, sensacionalismo no.