lunes, 23 de agosto de 2010

Caminante no hay camino, se hace camino al andar



Estaréis de acuerdo conmigo en que hay varias maneras de tirar el dinero. La primera y más obvia es tirarlo literalmente: agarras un fajo de billetes y los tiras por la ventana. Otra manera de tirar dinero es comprando cosas estúpidas o innecesarias, como cualquier cosa de la teletienda o una tostadora de Bob Esponja (estúpida e innecesaria, sí, pero ¡quiero unaaaa!). Otra forma más de tirar la pasta es llamar a los concursos de la tele esos de adivinar cuánto son 2+2. Que tú piensas que son 4 y luego te dicen que 2 en realidad es una incógnita de valor 1 y que el resultado es 2 y te quedas con una cara de tonto que no se te quita en un mes.
Pero no podéis discutirme que una de las mejores maneras de tirar el dinero es... ¡siendo uno de los tipos que deciden obras en los ayuntamientos! Es la mejor forma de tirar la pasta, principalmente porque la pasta no es tuya.
Pues bien, en el ayuntamiento de Zaragoza tenemos en nómina a muchos tíos de esos. Y a uno (o a dos o a tres o los que sean) se le ocurrió que hacer unos caminicos por los Pinares de Venecia sería cojonudo. Dicho y hecho, pillaron pasta del Fondo Estatal (ése de los 13000 millones, 8000 primero y 5000 después) y hala, a hacer caminicos.


Ése perro es el de mi padre, se llama Nubio y es muy majo, aunque un poco canso cuando ve una pelota.

Aquí tenéis otra vez a Nubio y al fondo está Vader, mi perro. Otro Yorkshire Terrier pero más pequeño que Nubio.

Pensaréis que bueno, que tampoco está mal hacer esos caminos ¿no? Peeeeeero ahí radica el error... esos caminos que véis arriba YA ESTABAN HECHOS. Unos caminos totalmente válidos, el primero creado a base de décadas de que pase gente por el mismo sitio y el segundo lo mismo, sólo que hace unos años echaron tierra blanca y quedó muy majo. No hace falta más para pasear por un pinar ¿verdad? Sobretodo por un pinar plantado por el hombre, con los pinos equidistantes y formando filas.
Pues se ve que esos caminos no molaban, eran feos o no eran modernos y progres, qué se yo. Y había que hacer unos nuevos...


Bueno, no queda tan mal el camino nuevo ¿no? Sí, eso pensaba yo. Pero dejando aparte que su necesidad es CERO, resulta que su construcción ha causado daños en los árboles. Porque como la gente trabaja sin tener el más mínimo cuidado, pasa lo que pasa:

Se puede ver la altura a la que se ha dañado al árbol. Ésto se debe al poco cuidado al usar las pequeñas excavadoras usadas en la construcción del camino.

Aquí podéis ver que estar alejado del camino no significa que no puedan cargarse un árbol.

Otro árbol dañado por una pala de excavadora.


El propio camino, antes de terminarse, ya está dañado. Esta rotura en uno de los bordillos de madera está causada porque aplanaban la tierra del camino con una pequeña retroexcavadora que se enganchó en el bordillo rompiéndolo. Tierra que por cierto es reciclada y contiene restos metálicos, de hormigón, plásticos... lo mejor para pavimentar un camino destinado al paseo, vamos.

Pero no penséis que éstos son los únicos desperfectos. Mirad cómo quedó la tierra tras el paso de la maquinaria:


Otro serio problema es que los pinos tienen la raíz muy superficial y simplemente tocarla puede causar que se seque el árbol. ¿Cómo pensáis que puede acabar ese pino cuando le han arrancado parte de la raíz al excavar para instalar un bordillo del camino?


Pues mirad cómo en la siguiente foto. Esos árboles de abajo se han quedado medio secos tras la construcción a su lado, ni siquiera debajo, de un parque infantil. Comparadlos con los que se ven al fondo de la imagen y mirad qué árboles tienen mejor aspecto.


Pues éstas son las consecuencias de que en los ayuntamientos tengamos a personas que se dedican a gastar, a tirar alegremente el dinero que no es suyo en obras estúpidas, innecesarias y que encima dañan el ecosistema que pretendían conseguir que disfrutáramos.

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