Un día en las carreras

Llevo un par de días dándole vueltas a cómo empezar este artículo, y sigo sin tenerlo claro. Será, digo yo, porque el que aquí suscribe, aunque escriba, no es escritor. Escribidor a lo sumo. O será que hay cosas, sensaciones, sentimientos y momentos que apenas pueden ser reproducidos con palabras. No obstante, lo intentaré con ayuda de mis fotografías de aquél inolvidable día.

Por avatares del destino, nos vimos de pronto siendo ganadores de un premio tremendo: pasar el día viendo los pre-test de temporada de la F1 en Montmeló el 3 de marzo. Vale, de acuerdo, mucha gente fue a verlos. Pero pagando. Y sin hotel incluido, viaje y muchas cosas más. Y sin vivir lo que vivimos nosotros que fue pasar el día con la Scuderia Ferrari. Pero vamos poco a poco...

Cuando llegamos a Montmeló acompañados por Jorge poco podíamos imaginar que lo primero que íbamos a ver sería esto:

¡El interior del motorhome de Ferrari! Vale, no es el de tres pisos que montan para los GP pero ¿alguno habíais visto esto por dentro? ¿A que no? Pues ahí lo tenéis. Y no solo entramos, no. Allí pudimos tomar café, refrescos, agua, cerveza (qué buena la Moritz, no obstante la fabrica Ambar), allí incluso comimos. y hablando de comer, vimos hasta la cocina del equipo Ferrari:

Allí lo cocinan todo, incluso el pan. Un pan delicioso, por cierto. Cocinarlo todo y no comprar nada preparado te garantiza que la comida será la misma estés en el país que estés y que no tendrás de pronto a 100 personas con gastroenteritis. y- si encima al comida está taaaaaan rica, pues normal que no compren nada hecho ya.

Y como muestra, la tarta de queso. Mi intención es que esa sea la última que coma. Porque como será imposible comer una que esté más buena ¿para qué estropear el recuerdo de tan fabuloso postre?

Luego, como mi mujer (que fue quien ganó el premio, yo iba de acompañante) teníai que ser parte de la Scudería Ferrari por un día, pues les echó una mano cargando las cámaras. No en vano es camarera. Yo les tenía que haber dicho que era piloto, por si colaba. Y claro, para ser parte del equipo, la vistieron como tal. Chaqueta, sudadera, camisa y zapatillas. Casi nada la morruda.

Y después empezó la visita a boxes y pit lane. ¡A los boxes, donde no entra ni el Rey! ¡Donde solo dejaban entrar a Emilio Botín y sentadico en una silla para que no incordiara! Ahora que lo pienso igual a un Rey sí que le dejan entrar. Pues allí estuvimos. Con el Ferrari F1 2016 a tres metros y Raikkonen allí mismo también. Evidentemente allí dentro no se pueden hacer fotos y yo no iba a hacer el imbécil profundo intentando hacer alguna sin que me vieran, pero aquí  tenéis unas cuantas fotos desde el pit lane y el pasillo en el que tienen calentando las ruedas. Allí nos explicaron con qué limpian los coches, que siempre hay alguien de Pirelli con los técnicos y más cosas. Un lugar alucinante. También vimos el cuarto donde tenían un chasis y estaban un par de técnicos dándole a la fibra de carbono. Evidentemente las fotos prohibidas allí, claro.

Naturalmente desde el pit lane ves pasar a otros monoplazas:

Y cuando terminó la sesión matinal, pudimos esperar a que saliera Kimi Raikkonen para que nos firmara unos autógrafos. Sosico como él solo es el mozo. Pero oye, cada uno es como es.

Es impresionante estar ahí, en un sitio privilegiado, esperando a que un piloto de F1 te firme un autógrafo solo a ti.

Tras esto, un pequeño paseo por el paddock. Si bien Ferrari no se había llevado el motorhome grande otros equipos sí lo hicieron. Mirad el de Mercedes:

O el de Redbull Racing, que tampoco se quedaba manco:

Y después, a comer, que ya iba siendo hora. De la comida no hay fotos, estábamos a otras cosas. Comida en plan buffet y todo delicioso. El pan era una pasada ¡y estaba hecho en un circuito! Está claro que no son necesarias unas instalaciones especiales para hacer un gran pan. y sería genial conseguir la receta.

Tras comer, al piso box del Banco Santander. Los pisos box son unas salas que alquilan o adquieren empresas e instituciones para invitar a clientes y personalidades. En ellas hay unos balcones que quedan encima de los boxes y desde los cuales la vista es privilegiada. No has visto una carrera hasta que no la has visto así. ¿Grada de la recta de meta? Bah, eso es de pobres. Y, por supuesto, tienes servicio de hostelería. Cafés, refrescos, comida... Lo que quieras. Una pasada.

Y claro, las fotos que puedes hacer desde ahí pues... alucinantes.

Y así es un piso box por dentro. Estas fotos las hizo mi mujer mientras yo hablaba por teléfono. No se le da mal ¿no?

Tras esto dimos una vuelta al circuito en un minibús por la vía de servicio. Ojalá se hubiera podido bajar para hacer fotos en primerísima fila. Malditas normas de seguridad, bah. Además fotos, lo que es fotos, pocas ninguna. complicado hacer un barrido de un coche de F1 a todas velocidad cuando vas traqueteando de pie en un minibus. Y encima, al sesión se interrumpió por la avería del Haas pilotado creo por Esteban Gutiérrez (y si no por Roman Grosjean) al que le falló algo relacionado con el sistema de frenos y salió de la pista. Bueno, por lo menos lo hicimos gratis. Los holandeses que iban también montados en el minibús pagaron. Aquí las pocas fotos que hice.

Tras este recorrido un tanto infructuoso por el problema del monoplaza de Haas fuimos a seguir viendo los tests desde la tribuna exclusiva para los que tienen pase de piso box. Y menuda tribuna, en la curva 10, la de La Caixa. Una curva muy cerrada, donde hay que frenar mucho y donde en carrera se pueden ver grandes adelantamientos. Pocos sitios mejores hay en el circuito y por eso está ahí esa tribuna.

Y así se ve el paddock desde esa tribuna.

Y de nuevo pasamos por el paddock para volver a boxes y al pit lane, pasando por el motorhome de Pirelli, único suministrador de neumáticos. De color morado vemos el nuevo compuesto, el ultra blando. Ya veremos el juego que da en la temporada.

Éstas deben de ser las bicis que usan los pilotos para recorrer el circuito. ¡Y sin carril bici ni ir por la acera! Por ahí también se ven ferraristas, que estaban esperando a ver se veían algún piloto para conseguir su autógrafo. Lo mismo alguno nos hizo alguna foto al vernos entrar y salir tranquilamente del motorhome, no sé. Aunque no creo. 

Pero menuda sorpresa tuvimos. Casi íbamos a irnos ya, porque quedaba poca sesión de tests y la rueda de prensa, con los soseras que es Raikkonen, pues tampoco atraía mucho. Total que entramos al motorhome para despedirnos ya... ¡y dentro estaba Vettel! Así que esperamos a que terminara un par de reuniones que tenía y también nos firmó autógrafos. Todo gracias a Emilia, de la Scuderia Ferrari, que habló con la jefa de prensa de Vettel a ver si podía firmarnos y que también consiguió que nos firmara Maurizio Arrivabene, el director del equipo.

En la zona de parada de los coches hay unas marcas para indicar al piloto, en la siguiente parada, si tiene que parar un poquito más adelante o más atrás. Cuando entran y frenan van a 60 km/h. Pues son capaces de frenar 5 cms más adelante o menos. Luego que el coche va solo...

Algo le echaron al coche de Alonso. Será para comprobar aerodinámica, digo yo, porque a mí de negro me gusta más.

Un cambio rápido de neumáticos para seguir ensayando, que la temporada empieza pronto

Y ahora a la rueda de prensa de Raikkonen. Mi mujer estuve al lado mismo durante la rueda de prensa y dice que más que hablar murmuraba. Yo estuve haciendo fotos tratando de no molestar a los que están allí haciendo su trabajo.

Y así acabó uno de los mejores días de nuestra vida, en serio. Solo por detrás de cuando nacieron mis hijos y nos casamos. Muchas muchas gracias a Marta, del Banco Santander y sobre todo a Jorge, quien estuvo con nosotros todo el día y a Emilia Capasso, del departamento de marketing de Ferrari, que se desvivió por nosotros para que pasáramos tan inolvidable día. Vuestras empresas y compañeros tienen mucha suerte de que estéis vosotros allí. ¡Muchas gracias y a ver si el año que viene volvemos a ganar el sorteo y nos vemos otra vez! Y si no ganamos pero nos dais un toque, tampoco pasa nada, que no nos importa repetir jejeje.